REFLEXIONES EN TORNO A UN PASEO OBLIGADO EL 25 DE MARZO DE 2020

La mejor forma de combatir al Coronavirus es “QUEDARSE EN CASA”, hasta que todo pase y las autoridades sanitarias lo estimen oportuno. Pero como en toda casa de vecino hay veces que no tienes más remedio que salir a la calle y hoy día 25 de marzo de 2020, sobre las 9,30 he salido a por medicamentos a la farmacia y de paso por el pan. Lo primero que me he encontrado es al vehículo de antena tres aparcado en la puerta de mi bloque con un cámara y una reportera. Ambos en busca de la noticia de los “viejecitos” (jubilados) haciendo cola ante la caja de ahorros o el cajero porque hoy era el día que la Seguridad social ingresaban la pensión. No se si han podido tomar esas imágenes, como profesionales que son del encuadre y la noticia, pero ya os digo yo que no había absolutamente nadie en la calle, tampoco en “la casa de empeños” propiedad del mismo banco y muy pocas personas en la caja de ahorros entrando o saliendo.

El comportamiento de los sevillanos, salvo excepciones, está siendo extraordinario y será tema de estudio en un futuro próximo, tratando de entender como un pueblo tan machacado es tan solidario.

A los andaluces, y meto en esto a nuestros vecinos extremeños, manchegos y murcianos, nuestros convecinos “europeos” siempre nos han tratado con desdén, por no decir desprecio. Siempre hemos sido la mano de obra barata del “norte”, y a pesar de nuestros recursos, de nuestra formación, de nuestro ingenio… sólo hemos podido trabajar como mulos para otros, esperando algún día poder desarrollar nuestro propio entramado económico, potenciando nuestra industria (casi inexistente hoy día),  estructurando nuestro territorio con el desarrollo de las comunicaciones que nunca llegan (https://www.facebook.com/defiendetucercanias/) e intentando mejorar como sociedad. Claro está, los que diseñan nuestro país no están interesados para nada  que Andalucía saque la cabeza y para ello utilizan el doble juego de “permitir dar dinero en subvenciones, per, ayudas, paro…” a la vez que nos critican tildándonos de “flojos”, “que siempre estamos de fiesta” “que vivimos de las ayudas que ellos nos dan”, “que siendo tan improductivos; el Estado, Europa, el FMI…nos llenan los bolsillos”.  Es muy curioso que nos hayan encorsetado en nuestra producción agraria, porque a nuestro país del siglo XX y XXI “ideológicamente” le  interesa que no seamos una región dada a la industria a pesar que la historia demuestre todo lo contrario.

En este punto sólo es cuestión de analizar las ayudas europeas que en teoría vienen  para “sostener” la producción agrícola y “elevar” la renta percápita de los andaluces. Cuando uno mira con lupa estas subvenciones se da cuenta que en realidad es una “ayuda al mantenimiento de las malévolas estructuras tradicionales”, es decir, no hay reparto de la riqueza, ni redistribución de la propiedad de la tierra, ni razones de desarrollo o futuro de la actividad agrícola…, más bien al contrario; se trata de un anquilosamiento de las viejas estructuras donde el antiguo terrateniente se ha transfigurado en sociedad anónima (o de otro tipo), convirtiéndose en gestores de  empresas muy capitalizadas y tecnificadas

http://www.laslomas.org/

https://andaluciainformacion.es/cordoba/805082/cuatro-de-las-grandes-fortunas-del-pais-estan-en-la-provincia-de-cadiz/#!

https://agroinformacion.com/las-lomas-recibe-la-bandera-andalucia-trabajo-la-innovacion-desarrollo-rural-cadiz-la-creacion-empleo/

  ( en parte gracias a las subvenciones),

https://www.eldiario.es/economia/espanolas-recibido-millones-subvenciones-agrarias_0_499400610.html

 cuyo resultados empresariales no suelen revertir en la comunidad a excepción, claro está, de la abundante mano de obra jornalera que genera porque la necesita para la recolección de la producción, alrededor de la que vive toda una red de pequeños servicios locales.

En este sentido, dada la importancia que tiene el olivar en nuestra comunidad, podríamos analizar las subvenciones que Europa ha otorgado a Andalucía para este tipo de producción,  dándonos cuenta que una parte importante de ese dinero no llegó nunca o simplemente su destino estaba fuera de nuestra tierra, y todo ello a sabiendas de nuestro establishment político, social y económico.

2011: https://www.diariojaen.es/historico/terratenientes-espanoles-se-llevan-51-millones-de-las-ayudas-de-jaen-YGDJ6302

2013: https://elpais.com/ccaa/2013/11/09/andalucia/1383951623_859795.html

Históricamente esta situación ha sido endémica  en Andalucía desde que entramos en Europa y empezó a fluir dinero hacia nuestra comunidad, aunque no es exclusiva de ella. La situación actual queda patente en un artículo del 13 de enero de 2020 recogido por “Agroinformación” y en el que se incluye el siguiente párrafo:

Según un informe de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) sobre el rendimiento económico de las actividades profesionales de los autónomos, en España ya hay dos ‘agricultores de salón’, casi tres según algunos cálculos, por cada agricultor que realmente se dedica a cultivar la tierra o criar ganado: los primeros son más de 650.000 mientras los segundos no llegan a 250.000, según indica  la UPTA y recoge Eduardo Bayona en publico.es.

Y un buen ejemplo de esto es que según los datos del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria), en las cinco mayores ciudades españolas están domiciliados 61.335 perceptores de ayudas de la PAC, casi la mitad de ellos (25.903) en Madrid.

https://agroinformacion.com/pac-derechos-historicos-y-agricultores-de-sofa-estadisticas-revelan-que-dos-de-cada-tres-cobran-sin-trabajar-la-tierra/

Sin siquiera rozar la superficie de esos entramados macro-empresariales cuyos beneficios económicos suelen dirigirse hacia las sicab, cotizan en bolsa o simplemente se guardan en bancos “internacionales”, la experiencia histórica de nuestra tierra nos deja muy patente que los andaluces seguiremos estando a la cola del desarrollo económico como nos muestra este mapa de España del 2016 por comunidades:

O como podemos ver en este pequeño gráfico del 2018, en el que los andaluces y sus vecinos siguen a la cola en cuanto a renta per capita se refiere.

Como vemos, Andalucía, a pesar del tiempo transcurrido y las ayudas recibidas, sigue estando en el furgón de cola del desarrollo económico, y su renta per cápita es uno de los más bajos del Estado Español.

¿Y qué tiene que ver esto con el coronavirus? Para mí la respuesta es obvia: a pesar que el resto de España piense que somos una comunidad dependiente, que vivimos del cuento y la subvención que “ellos” creen darnos o que le “quitamos” nosotros, la realidad  histórica es que estamos solos y muy acostumbrados a buscarnos la vida en este estado del bienestar.

Es por ello que los andaluces sabemos responder, con los pocos recursos que tenemos a nuestro alcance, a cualquier crisis de carácter social o económica que se nos plantee, porque estamos muy acostumbrados a convivir con ella. Nuestra fachada alegre y despreocupada encierra el quejío lastimero del flamenco, y las penurias del que no tiene nada y que sin embargo comparte su alegría y su cariño; nuestro sentimiento de pueblo herido no impide que seamos solidarios entre nosotros y para aquellos que no entienden que dar todo lo que tienes es mucho más que dar un poco de lo que te sobra.

Han sido muchas crisis seguidas, y las hemos aguantado. La última crisis económica, de la que aún muchos no han salido, ha sido posible resistirla gracias a las redes sociales que se entretejen en Andalucía, gracias a nuestra familia extensa y al saber compartir el alimento y el espacio. Por eso, en esta crisis del coronavirus, esa imagen de los andaluces que no pueden vivir sin la calle, la bulla, la fiesta o los amigos, se torna en una imagen de encierro cartujo y disciplina franciscana que ha sorprendido al mundo, y a muchos de nuestros asiduos criticadores y detractores.

Lo habremos hecho por miedo o por responsabilidad; por obediencia a la autoridad o motivado por nuestro propio convencimiento; por nuestra propia experiencia o por solidaridad… en cualquier caso nuestro cuerpo social tiene los sistemas de autodefensa bastante altos  para resistir este asedio vírico.

Como dije anteriormente estamos muy acostumbrados a “buscarnos la vida” y nuestra gente siempre encuentra la manera de superar los problemas, a pesar de quien dirija  “el cotarro”. Este es un pueblo al que siempre han creído que se podía conquistar por las armas, o comprar con dinero, o convertirla a su ideología, y lo que la historia nos muestra es que sin darse  cuenta esos conquistadores se convertían en andaluces. Ya sabéis que cada pueblo musulmán que entraba en Andalucía, al cabo del tiempo tenía que ser conquistado por otro porque se habían desviado de “la fe”.

Salvando las distancias y sin que tenga nada que ver con lo anterior, los comercios “chinos” ya cierran en Andalucía los fines de semana y disfrutan de fiestas tan nuestra como la Feria, la Semana Santa y el Rocio, sin que esto suponga ningún tipo de aculturación.

Esa es nuestra fuerza, el sentimiento andaluz puede compartirse y disfrutarse en cualquier sitio y con cualquier persona. Así podemos encontrarnos entre los mejores guitarristas de flamenco a japoneses como Naho Akutsu,  Eizo Tawara o Hideo Suzuki-https://www.lavanguardia.com/cultura/20140521/54408162639/once-guitarristas-nipones-marcados-por-paco-de-lucia-homenajean-a-su-maestro.html y  bailaoras como Yoko Komatsubara https://elpais.com/internacional/2019/08/10/mundo_global/1565451715_331468.html y Yoko Tamura  https://elpais.com/cultura/2015/11/24/actualidad/1448368747_649431.html

Y ese misma fórmula nos sirve para entender el mundo que nos rodea, ya que se trata de un universo, un espacio, un territorio que no nos pertenece, simplemente  nosotros pertenecemos a él.

Como dije anteriormente, nuestra experiencia a lo largo de la historia es de abandono institucional generalizado, siendo nosotros mismos los que tenemos que buscar soluciones a los problemas sabiendo que estas no llegan  ( o llegan muy tarde) desde los centros de poder y decisión de este país.

Los años de servicio como bombero de Sevilla me han hecho ver las carencias que los servicios públicos y de emergencias han tenido a lo largo de todos estos años. Hoy  nadie se creería que los bomberos del ayuntamiento de Sevilla siguen trabajando bajo un techo de uralita desde los años 80 del siglo pasado y sim embargo esa es la realidad. Quizás ahora con el covid-19 la gente se entere de que es verdad que no teníamos ni guantes ni mascarillas para actuar en siniestros. En los fuegos forestales nos hemos hinchado de tragar humo por falta de ese material, así que si antes no había  imaginaros ahora cuando de la noche a la mañana hay una emergencia nacional y necesitan ingentes cantidades de ese producto. Por eso no me ha extrañado que cuando entré en la farmacia de la calle Demetrio de los Rios de Sevilla me encontrase a los dependientes sin guantes y sin mascarillas, porque no tenían ni para vender ni para su uso personal. Sin embargo habían solucionado el problema realizando unas mamparas improvisadas de metacrilato que separaba al cliente de ellos y al menos podían realizar su trabajo con una cierta garantía.

Como os digo, los bomberos de Sevilla estamos muy curtidos en siniestros y emergencias de todo tipo, y aunque esta pandemia casi nos haya cogido por sorpresa, nuestra reacción ha sido inmediata, aportando nuestra experiencia. Por un lado hemos tenido una total confianza en los profesionales sanitarios, fueran compañeros de bomberos, del 061, del 112 o de las urgencias de hospital,  con los que muy a menudo hemos tenido que trabajar codo con codo y  sabedores de su capacidad profesional y conocimiento hemos seguido sus indicaciones a rajatabla.

Por otro lado los compañeros en su trabajo diario tratan de adoptar las medidas de seguridad tanto dentro como fuera del parque, aunque es muy difícil mantener la distancia recomendada cuando van montados cuatro  bomberos en la trasera de un vehículo o actúan en algún siniestro.  Aquí, como en tantos otros servicios los elementos individuales de protección ante el coronavirus escasean, aunque gracias a determinados colectivos poseemos algún material extra para nuestra protección individual https://www.facebook.com/albersal/posts/10218785399360839.

Como no podemos esperar a que alguien nos soluciones los problemas, sabedores que estas no llegan casi nunca de quienes tienen la obligación de proporcionarlas, nuestro sindicato andaluz de bomberos (SAB) https://www.sabsevilla.com/  ha repartido entre los cuatro parques de Sevilla material específico para que los compañeros puedan “defenderse” del covid-19, tal y como recoge la página de Facebook de sus representantes:  

“Sevilla Maker Society a traves del SAB dona a los bomberos de Sevilla pantallas faciales solidarias. Sevilla Maker Society a traves del SAB dona a los bomberos de Sevilla pantallas faciales solidarias. @MakerSocietySVQ es una red colaborativa de voluntarios, para dotar al personal que lo necesite de recursos frente al CORONAVIRUS. Mediante impresión 3D  fabrican desde casa, pantallas que nos protegen de salpicaduras en algunas de nuestras intervenciones. Desde el SAB hemos confeccionado una caja para cada uno de los parques de Sevilla, con todo lo necesario. Durante el día de hoy las repartiremos y difundiremos instrucciones de uso.
RECUERDA:
-No es material homologado.
-Debes desinfectar antes del uso con disolución de hipoclorito.
-Después del uso desecha la lámina, limpia la visera y reponer la pantalla.

Juntos sumamos”

https://www.facebook.com/Sindicatoandaluzdebomberos

Este material ha sido proporcionado por la asociación Sevilla Maker Society (sin ánimo de lucro) quienes han puesto todo su potencial para fabricar objetos al servicio de la lucha contra el coronavirus como  viseras de protección, realizándolas con impresoras 3D y cediéndoselas a hospitales y centros públicos situados en la primera línea de combate contra el virus. https://www.diariodesevilla.es/sevilla/red-colaborativa-fabrica-proteccion-impresoras-3d-coronavirus_0_1448855331.html

Igualmente, el SAB ha contado con la iniciativa de la firma de moda sevillana Paquito Martín (https://www.urbanitasmagazine.com/2020/03/paquito-martin-cambia-su-p ) quien ha proporcionado al sindicato de manera totalmente altruista mascarillas textiles para que sean repartidas entre los compañeros que se encuentren de guardia y de esta forma paliar el deficit de seguridad personal en el que se encontraban.

A esto es a lo que nos referíamos cuando hablábamos de la iniciativa, ingenio y solidaridad de los andaluces, porque lo que no hagamos  por nosotros mismos nadie lo hará.

En este sentido los bomberos jubilados también se han puesto a disposición de sus compañeros para ayudarles en la forma y manera que les haga falta, siendo Manuel Piniella Buenavida, https://www.facebook.com/manuelignacio.piniellabuenavida un referente en nuestra profesión, quien ha aglutinado a todos aquellos que ya no somos funcionarios de carrera pero que aún mantenemos intacto nuestro espíritu de lucha y entrega por los demás. https://www.facebook.com/groups/centonarii/permalink/3560503370691497/

Y tampoco puedo dejar de pensar en la ONG “S.O.S. Ayuda sin fronteras” que lidera nuestro compañero Francisco Javier Rivas Acemel, y que tan importante labor está haciendo en Sevilla en estos momentos de incertidumbre y reclusión para aquellas personas que no tienen recursos, sean dependientes,  mayores o simplemente vivan solos. https://coordinasevilla.wordpress.com/2020/03/25/recogida-de-alimentos/

Con todo esto que os he contado rondándome en la cabeza regresaba a casa tras atravesar la calle que separaba la farmacia de mi domicilio, cuando miré en el buzón y vi que el cartero me había dejado una carta. Sentí alegría puesto que en todo este mes no había tenido ninguna correspondencia y con el encierro del coronavirus cualquier novedad es bienvenida.  Abrí el buzón y allí me encontré la respuesta a todos mis pensamientos durante el corto y obligado paseo: era la carta del ayuntamiento con el recibo para pagar el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica.

¡Manda  Huevos!, con la que está cayendo, casi dos semanas encerrados y con el país patas arriba con un futuro económico incierto, despidos, Ertes, autónomos que ven como su negocio se va a pique, promesas de la administración de darnos ayuda y una crisis sanitaria bestial con un número elevado de muertos…, y este ayuntamiento se dedica a enviar los recibos de los impuestos por correo a los domicilios de los ciudadanos en pleno estado de alarma como si no tuviera otra cosa mejor que hacer.

Pero eso ahora no importa ya que solo tenemos un objetivo: derrotar al coronavirus y  “JUNTOS LO VAMOS A CONSEGUIR”.

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